:
:
:
Vota y llévate un libro de los tres que sortearé entre todos los participantes cuando acabe el confinamiento. Solo tienes que: “dar Me gusta y dejar un comentario con tu nombre, dirección y el número y nombre del personaje que votas”. Entre todos los participantes sortearé tres libros (A cada uno de los ganadores le tocará uno en el que intervenga el personaje votado). Si alguno de los ganadores reside fuera de España, el libro se lo mandaría en formato eBook, por lo que necesitaria el email.Gracias por ayudarme a saber sobre qué personajes escribir más.
A lo mejor estoy equivocado pero yo creo que uno no es cristiano por el mero hecho de decir que lo es. Yo puedo decir que soy que soy astronauta y darme vértigo hasta subirme en una caja de cervezas. Y considero también que ir mucho a misa, rezar mucho cada día, asistir a todos los ritos religiosos, confesarte cada dos por tres y darte muchos golpes de pecho no implica en absoluto que eso te convierta en cristiano. Lo que sí creo que es determinante para ser cristiano es ser seguidor, ser admirador de Jesucristo, de lo que aquel hombre predicó. O sea: seguir esa doctrina o al menos intentarlo. Y de esa doctrina el mandamiento fundamental es “Amarás a Dios sobre todas las cosas (yo al menos -como creo que casi todo el mundo- solo soy capaz de identificar a Dios con el amor, con la paz, con la verdad, con la justicia…y en ningún caso con el odio, con la guerra, con la mentira…) y al prójimo como a ti mismo. Y creo que es evidente que “amar al prójimo como a ti mismo” es no querer para el prójimo lo que no quieras para ti; o dicho de otra manera, es querer que el prójimo viva con las mismas comodidades que tú vives. Si no es así, si lo que te interesa únicamente es vivir tú de pm pero que el prójimo se las apañe como pueda, es evidente que el prójimo te importa un comino y por tanto serás cualquier otra cosa menos cristiano, por mucho que te autoproclames como tal. Pero vamos…, a lo mejor es que yo estoy equivocado.
Con motivo del estreno de mi obra “Claro y Claro no se aclaran”, el grupo de la localidad me invitó a ir por allí. A pesar de las cinco horas y media de viaje que esto supone, allá que me fui, esperando encontrarme un pueblo bonito -como todos los de por allí- y un grupo de teatro aficionado como tantos otros. Pero cuál fue mi sorpresa cuando me encontré con un pueblo que no es bonito…¡es precioso! y con un grupo de teatro, aficionados sí, pero unos auténticos actorazos que me hicieron reír de lo lindo, además de unas maravillosas personas. Grazalema lo tiene todo: belleza urbanística, paisajes impresionantes, una riquísima grastronomía, un gran grupo de teatro… Por tener tiene hasta un pedazo de alcalde; un chico joven y dinámico, simpático a raudales…, de los que me gustan a mí, de esos que están muy por encima de cualquier sigla. Vamos, que he venido absolutamente encantado de mi viaje. ¡Gracias Sergio por tu invitación! ¡Gracias Grazalema! ¡Gracias grazalemeños! ¡Fue un auténtico placer!