Pocholo, el bufón, se lo está pasando en grande, tocando su flauta, cual flautista de Hamelin, a lo largo del precioso paseo que bordea el río Tajo. Sólo que a éste, en vez de ratas, las que le siguen son “cacatúas”. Bartolillo por fin ha conseguido escabullirse de la reina Sofea, que ahora persigue al otro. Ahí vemos al juglar escondido detrás de los troncos que rodean el paseo, temeroso de ser visto. Olvido, a lo lejos, también lo tiene todo controlado.

El pobre Bartolillo, el juglar, por más que intenta quitarse de encima a la reina Sofea, no hay manera. Ella no le deja ni a sol ni a sombra y no para de hacerle arrumacos, a la vez que busca infructuosamente algún sitio donde quedarse a solas con él, con intenciones lujuriosas. Pero Olvido lo tiene todo controlado y, por si fuera poco, por la zona de la “Fuente de los tres chorros” anda la Eusebia, que también es de las mejores en el arte del cotilleo. Hasta Honorio, que el hombre anda mal de la próstata, andaba por allí “a cambiar el agua al canario”. Sofea se va en busca de otro sitio más solitario, seguida con resignación por Bartolillo.

Era evidente que lo de viajar en el tiempo iba a ser pronto una realidad. Muchos de los personajes de época de las obras y sainetes de José Cedena han viajado para venir al pueblo de su jefe, en el 2021, a celebrar EL DÍA DEL TEATRO. Aquí vemos a Zorro Imbécil, César Augusto, Porcia, Bruto, Coruja, don Bartolo, Calzoncillo, Gallo, el Conde de Burra, etc., en la bonita zona malpiqueña de “el Peñón”. Olvido, como siempre, controlando el panorama.

Cirilo, Críspula, Cacerolo y Marciana han salido a la puerta de su casa a celebrar también EL DÍA DEL TEATRO por todo lo alto. Cirilo está muy cabreado porque él no era partidario de sacar el jamón, ya que dice que “se le revuelven las tripas cuando luego se lo zampan los gorristas”. Como Olvido, que ya está al acecho. De todas formas ha sacado incluso a su borrica Margarita para que lo celebre con ellos. Eso sí, a ella le ha sacado una buena alpaca de paja.

Desde Valdemulas también han querido venir a celebrar EL DÍA DEL TEATRO al pueblo de su jefe: el Niceto, la Leoncia, la tía Faustina, la Eusebia, el Ovidio y el Indalecio. Todos ellos, muy previsores, se han traído la talega con la merienda. Olvido les observa, escondida detrás de un árbol. El Margarito no ha podido venir porque, según han dicho sus paisanos, “está recién operao de almorranas”.