OROPESA....O EL PLACER DE HACER TEATRO

Es triste ver como en los pueblos ya no va quedando gente con inquietudes que promuevan actividades y trabajen desinteresadamente en beneficio de todos. Uno que, en otro tiempo, estuvo metido de alguna manera en todas las movidas culturales de su pueblo no tiene por menos que sentir nostalgia de aquellos tiempos y pena por ver como ya casi nadie hace nada por los demás si no hay dinero por medio. Siempre he pensado que en un pueblo unido, inquieto y altruista se pueden hacer maravillas, pero por desgracia cada vez hay menos unión, menos inquietudes y el altruismo va pasando a la historia. Y sin embargo, en medio de todo este panorama tan desolador, en medio de este desierto de intereses, aparece un oasis de altruismo, aparece un pueblo donde no solo lo siguen practicando sino que lo derrochan a raudales. Unos "locos maravillosos", ataviados con camisetas negras y el logotipo de "Noctívagos" en el pecho, obran el milagro. Es emocionante ver como un pueblo entero se vuelca con su Certamen Internacional de Teatro de calle, que cada año adquiere más auge y aumenta su prestigio. Sí, todavía hay sitios dónde , efectivamente, se pueden hacer auténticas maravillas. Cada año lo constatan los oropesanos con este certamen y con sus jornadas medievales que ya son un referente en toda España.

Acaba de terminar la 5ª edición del certamen. Yo tuve la suerte de participar en la primera como jurado y me vine absolutamente enamorado de Oropesa, de su gente encantadora (si es que no lo estaba ya de mi época de jugador de su equipo de fútbol); gente sencilla, jovial, afable, acogedora, entrañable.... Volví dos años después como concursante con La Corropla, he repetido este año y cada vez que voy regreso más cautivado. No hemos conseguido ningún premio del jurado "oficial", pero si del jurado que a mí más me interesa: el pueblo. Yo defino mi teatro como "teatro del pueblo para el pueblo", refiriéndome al término "pueblo" en cualquiera de dos de sus acepciones: en el sentido de gente común y como núcleo urbano y rural. Sé que este tipo de teatro no es muy valorado por la mayoría de los jurados en los certámenes, es evidente que hoy día se valora más otro tipo de teatro menos popular, pero no me importa en absoluto. Es el teatro que a mí me apetece hacer. A mí lo que me gusta es hacer reír a los demás, hacer que olviden sus problemas y sean felices durante unos momentos. Y, si a la vez de hacerles reír, al mismo tiempo de hacerles disfrutar, les puedo transmitir algo de mi filosofía de vida..., mucho mejor. Pero, eso sí, intentando que me entienda todo el mundo, desde el más culto al más analfabeto, desde el más joven al más viejo, desde el más aficionado al teatro al que no sabe ni quién es Shakespeare. Por eso lo que realmente me importa es la valoración del "pueblo", de la gente que da sentido a mi trabajo. Y desde luego que, ese premio, lo recibimos con creces. Aparte de que no todo el mundo puede ganar, claro, y –aunque sea un tópico decirlo, esta vez no lo es porque lo digo absolutamente de corazón- lo importante es poder estar allí y disfrutar de la magia y el encanto de este certamen y de su maravilloso público, agradecido como pocos. Para mí no hay mejor premio que una carcajada y difícilmente se pueden arrancar más carcajadas de las que nos regaló la gente de Oropesa. No se puede disfrutar más en un escenario de lo que disfrutamos nosotros el otro día. ¡Ese es el mejor premio! ¡Gracias Oropesa! Gracias a todos por vuestras risas, por vuestros aplausos, por vuestra hospitalidad, por vuestra bonhomía..... Y, sobre todo, GRACIAS a ese grupo de "locos maravillosos" de las camisetas negras que hacen posible este milagro teatral que zarandea Oropesa durante tres días; que se desviven cada año por conseguir que el siguiente sea mejor que el anterior, que movilizan todo lo movilizable, que llenan las calles del pueblo con la magia del teatro, que trabajan sin descanso sin que se les vea una mala cara; con una unión ejemplar, con una armonía y una alegría encomiables; que acaban exhaustos, pero siempre satisfechos por lo conseguido. Gracias chicos, sois la envidia de cualquier pueblo que se precie.