No quiero incidir mucho más en el tema porque bastante chaparrón le está cayendo ya a este sofista ilustrado que pensaría que una oratoria brillante y bien preparada y apoyarse en los argumentos del "prestigioso" Savater, bastaba para armarse de razón al justificar lo que debería ser injustificable en un país civilizado. Quizá no pretendía ser tan radical con esta afirmación, supongo que solo pretendía avalar su razonamiento a favor de las corridas de toros con argumentos filosóficos, pero no pudo pronunciar una frase más desafortunada: "Los animales no tienen derecho a la vida ni a la libertad". Ha tocado las fibras sensibles de los que amamos a los animales y necesito mi pequeño desahogo.

Solo decirte, amigo Toni Cantó, que, seguramente, para la inmensa mayoría de la gente que hemos convivido o convivimos con animales y sabemos del cariño que estos seres pueden llegar a dar, del cariño que pueden llegar a ganarse, del cariño que se les puede llegar a tener...., seguramente pensamos que ellos tienen tanto derecho a la vida y a la libertad como puedas tener tú, a pesar de que con ellos "no pueda haber contrato sino trato" y a pesar de que no sean "nuestros iguales éticos", como argumentas. Y en cuanto a lo de que no puedan discernir entre el bien y el mal, seguro también que, a pesar de ello, jamás harán el daño que están haciendo tantos otros seres "racionales", con toda la capacidad del mundo para "discernir". Y, sin embargo, siguen conservando todo su derecho a la vida y a la libertad intacto.