Lisarda posando copiaTítulo: Sonaron caceroladas

En las dos últimas crisis
sonaron caceroladas,

por motivos diferentes
pero fueron muy sonadas.

Joder, lo que son las cosas
¿quién iba a decir, hermosas,
a mis quintas españolas
que iban a ser tan famosas
las dichosas cacerolas?

Siempre las hemos usao
solamente en la cocina
y ahora se han aprovechao
pa que hicieran de bocina.

Le cogieron el gustillo
como voy a referiros
en la crisis del ladrillo
y en la del coronavirus.

Con diferentes detalles,
con muy distintas vitolas
salió gente por las calles
sonando las cacerolas.

En las dos últimas crisis
sonaron caceroladas,

algunas más caprichosas
y otras más justificadas.

En las dos crisis, en fin,
tuvieron protagonismo
aunque no fuera, eso sí,
ni mucho menos lo mismo.

Había mucha diferencia.
Unas sonaban a grito,
a desahucio y a impotencia
y otras sonaban a pijo,
a capricho y a imprudencia.

Unas eran los parados
desahuciados por la banca
otras los adinerados
del barrio de Salamanca.

Unas porque se quejaban
al echarles de sus casas
y otras solo protestaban
porque no abrían las terrazas.

Unas pa que se arreglase
que no había ni pa comer
y otras pa pasar de fase
y que abriera El Corte Inglés.

Unas porque las sonaron
mujeres desesperadas
y otras porque se llevaron,
pa sonarlas…, sus criadas.

Algunas por no querer
salirse de sus viviendas
y otras por miedo a perder
privilegios y prebendas.

En las dos últimas crisis
sonaron caceroladas

y van a seguir sonando
muchas veces por chorradas.

Porque aunque crisis no hubiera
cuando yo esté cabreada,
ya fuera por lo que fuera,
pienso hacer cacerolada
pa quejarme de mi nuera.

En las dos últimas crisis
sonaron caceroladas.

(Ver a Lisarda recitándolo en YouTube)