¡POR FIN, ACTUACIÓN!

¡¡¡Por fin volví a subir al escenario!!! Ya eran muchos días sin actuar y mi cuerpo y mi mente lo demandaban. Por fin volví a sentir las risas, las carcajadas, los aplausos.... Son bonitos los aplausos, sí; son el reconocimiento, el pago a tu trabajo; y resulta muy satisfactorio escucharlos; pero mucho más bonito, mucho más gratificante aún es escuchar las carcajadas de la gente. Eso para mí es incomparable. El conseguir hacer felices a los demás por un momento; el conseguir que gente, que seguro tendrán problemas, se olviden momentáneamente de ellos y se rían a pata suelta; mirar hacia el público y ver a todo el mundo con una sonrisa de oreja a oreja y ver como estallan en carcajadas cada dos por tres.... no tiene precio. Es difícil expresar la sensación tan placentera que experimento al levantar una carcajada multitudinaria. No voy a recurrir al tópico tonto de siempre, para compararlo, porque no tienen comparación, pero es tanto como eso... o más. Gracias a la gente de Santo Domingo Caudilla, de Nombela, de Parrillas y de Montearagón por hacerme sentir tan bien conmigo mismo.